Psicologia

Tener miedo o preguntarte si ese proyecto que tanto anhelas saldrá bien, es en cierto modo normal, ese “miedito” no es siempre negativo, te demuestra que estás vivo, que eso que quieres es muy importante para ti; pero llegar al punto de temer tanto que empiezas a autosabotearte, ya es una conducta a la que debes prestarle atención.

El autosabotaje es una especie de vocecita interna que siente que te está protegiendo de algo, que está evitando enfrentarte a un fracaso, pero, lo que consigue, es que dudes por completo de tus capacidades en lugar de aprovechar todos los beneficios que encontrarás en el camino.

¿Cómo saber si te estás autosaboteando?

Dudas de tu propósito.

Más de una vez te has hecho la pregunta de que cuál es tu propósito, cuál es tu porqué, tu razón de hacer lo que haces o si hay algún fin en todo eso. Generalmente es la duda quien te hace esa pregunta, porque todos tenemos un propósito, lo que pasa es que muchas veces NO es el que creemos.

Cuando inicié en este mundo de las redes, pensaba que mi propósito era inspirar con mi historia, “darme a conocer”, pero no necesariamente sería de la forma en que inicialmente lo imaginé y aun cuando desde muy temprana edad, la vida me daba miles de señales de cuál era mi verdadero propósito, siempre dudé.

Hoy y luego de mucho cerrarme las puertas, entendí que mi razón es enseñar y ayudar, pero yo desperdicié mucho tiempo valioso ignorándolo.

No crees en tus habilidades.

Tienes más habilidades y talentos de los que crees, todos los tenemos, pero te enseñaron a “ser humilde” y a “hacer lo que tienes que hacer” mientras que en ese ínterin ibas perdiendo la fe en TÍ, en tus habilidades más allá de la norma, de lo esperado.

Eso que se te da con “facilidad”, es tu talento, ese tema que lees y aprendes sin esfuerzo, es parte de la carta de tus habilidades y entender que eso que es tan sencillo para ti, puede que sea de extrema dificultad para muchísimos otros. Pero la duda en forma de autosabotaje, se la pasa diciéndote lo contrario.

Procrastinas demasiado.

Uno de los principales síntomas del autosabotaje es el “dejar para más tarde” o “déjame arreglar la cocina mientras me llega el deseo de trabajar”.

En este caso, el procrastinar no es sinónimo de holgazanería, es dejar lo que ‘tienes’ que hacer por algo que ‘quieres’ hacer.

Perfeccionismo extremo.

Empiezas proyectos y nunca los terminas, te sientes incapaz de hacer algo, incluso antes de iniciarlo porque crees que no eres “suficiente” aun a sabiendas de que esos proyectos podrían ser excelentes oportunidades.

Una cosa es querer que todo te salga muy bien y otra es NO hacer las cosas porque no está ‘perfecto’. Tu perfeccionismo no es más que una excusa para sabotear todo tu potencial.

Permites a otros decidir por ti.

Sientes que, si otros toman las decisiones, de una forma u otra te estás “librando de la responsabilidad” ya que internamente consideras que no eres la persona idónea o adecuada para realizar alguna tarea o simplemente te crees el que “no puedes hacerlo”. Así que, si otro lo hace, de seguro quedará mejor o los demás lo tomarán más en serio.

No pides ayuda.

No, pedir ayuda no es de débiles, ni mucho menos de personas con poca capacidad, cada cual vino con sus talentos y habilidades muy establecidos y que a ti te falte uno no quiere decir que seas inservible.

Pedir ayuda es por el contrario de valientes, refugiarte en algún terapeuta, mentor o guía, te servirá para ver salidas donde jurabas que no había ninguna.

¿Cómo saber si te estás auto saboteando?-elisaduartej

Pero ¿Por qué me estoy autosaboteando?

En la mayoría de los casos hay una relación muy estrecha con estados anímicos, falta de auto estima o a veces simplemente eres de quienes necesitan siempre un empujoncito para continuar, yo estoy en ese grupo.

También puede que le temas mucho al fracaso (aquí presente también) y por eso te saboteas incluso ante cosas que sabes tienes todo el potencial.

Muchas veces el ese sabotaje viene asociado al estrés que te ocasiona la toma de decisiones o el arriesgarte y te refugias en todo lo negativo que presente cualquier situación.

Está de igual forma muy asociado a hábitos que vienes adoptando desde muy temprana edad, a los sentimientos con respecto a ti que te impregnaron en tu etapa del desarrollo; por eso es tan importante decirles a los niños un tan simple: “Tú puedes lograr todo lo que te propongas”.

Autosabotearte es de igual un síntoma persistente cuando sufres de síndrome del impostor, pues sientes que no mereces el éxito. Por eso erradicar estos pensamientos negativos lleva tiempo, esfuerzo y mucha conciencia para identificar todas las señales que te llevan a esas conductas auto destructivas.

Piensa en cómo reaccionas cuando estás frente a alguna toma de decisión importante o al iniciar algún proyecto y presta atención a tus primeros pensamientos. Si lo primero que pensaste es que NO vas a poder lograrlo, hay que tomar acción.

Cuando se tiene por naturaleza la ‘facilidad’ de ver todo lo negativo, debes esforzarte aun más para encontrar esa voz ‘positiva’ dentro de ti y la mejor forma de encontrarla es siendo realista.

¿Cuáles son esas cosas que se te dan con facilidad?
¿Cuáles son tus debilidades?
¿Quién puede ayudarte con lo que no puedes o no sabes hacer?

Empieza a ver lo que sí hay, también eso que no sabes hacer, busca ayuda y solo así podrás enfrentar y cambiar tu conducta auto destructiva.

Recuerda que estos cambios NO se harán de la noche a la mañana, porque también podrás encontrarte recriminando que no has visto cambios en el tiempo que consideras ‘adecuado’. 

Así que como dicen por ahí, un día a la vez, en este caso, una conducta negativa a la vez. Ve de a poco identificando, para que puedas de manera efectiva, evitar autosabotearte.

Cuéntame, ¿Qué es eso que harías si no sintieras miedo? Te leo. 

Cómo saber si te estás autosaboteando.

Tener miedo o preguntarte si ese proyecto que tanto anhelas saldrá bien, es en cierto modo normal, ese “miedito” no es siempre negativo, te demuestra que estás vivo, que eso que quieres es muy importante para ti; pero llegar al punto de temer tanto que empiezas a autosabotearte, ya es una conducta a la que debes prestarle atención.

El autosabotaje es una especie de vocecita interna que siente que te está protegiendo de algo, que está evitando enfrentarte a un fracaso, pero, lo que consigue, es que dudes por completo de tus capacidades en lugar de aprovechar todos los beneficios que encontrarás en el camino.

¿Cómo saber si te estás autosaboteando?

Dudas de tu propósito.

Más de una vez te has hecho la pregunta de que cuál es tu propósito, cuál es tu porqué, tu razón de hacer lo que haces o si hay algún fin en todo eso. Generalmente es la duda quien te hace esa pregunta, porque todos tenemos un propósito, lo que pasa es que muchas veces NO es el que creemos.

Cuando inicié en este mundo de las redes, pensaba que mi propósito era inspirar con mi historia, “darme a conocer”, pero no necesariamente sería de la forma en que inicialmente lo imaginé y aun cuando desde muy temprana edad, la vida me daba miles de señales de cuál era mi verdadero propósito, siempre dudé.

Hoy y luego de mucho cerrarme las puertas, entendí que mi razón es enseñar y ayudar, pero yo desperdicié mucho tiempo valioso ignorándolo.

No crees en tus habilidades.

Tienes más habilidades y talentos de los que crees, todos los tenemos, pero te enseñaron a “ser humilde” y a “hacer lo que tienes que hacer” mientras que en ese ínterin ibas perdiendo la fe en TÍ, en tus habilidades más allá de la norma, de lo esperado.

Eso que se te da con “facilidad”, es tu talento, ese tema que lees y aprendes sin esfuerzo, es parte de la carta de tus habilidades y entender que eso que es tan sencillo para ti, puede que sea de extrema dificultad para muchísimos otros. Pero la duda en forma de autosabotaje, se la pasa diciéndote lo contrario.

Procrastinas demasiado.

Uno de los principales síntomas del autosabotaje es el “dejar para más tarde” o “déjame arreglar la cocina mientras me llega el deseo de trabajar”.

En este caso, el procrastinar no es sinónimo de holgazanería, es dejar lo que ‘tienes’ que hacer por algo que ‘quieres’ hacer.

Perfeccionismo extremo.

Empiezas proyectos y nunca los terminas, te sientes incapaz de hacer algo, incluso antes de iniciarlo porque crees que no eres “suficiente” aun a sabiendas de que esos proyectos podrían ser excelentes oportunidades.

Una cosa es querer que todo te salga muy bien y otra es NO hacer las cosas porque no está ‘perfecto’. Tu perfeccionismo no es más que una excusa para sabotear todo tu potencial.

Permites a otros decidir por ti.

Sientes que, si otros toman las decisiones, de una forma u otra te estás “librando de la responsabilidad” ya que internamente consideras que no eres la persona idónea o adecuada para realizar alguna tarea o simplemente te crees el que “no puedes hacerlo”. Así que, si otro lo hace, de seguro quedará mejor o los demás lo tomarán más en serio.

No pides ayuda.

No, pedir ayuda no es de débiles, ni mucho menos de personas con poca capacidad, cada cual vino con sus talentos y habilidades muy establecidos y que a ti te falte uno no quiere decir que seas inservible.

Pedir ayuda es por el contrario de valientes, refugiarte en algún terapeuta, mentor o guía, te servirá para ver salidas donde jurabas que no había ninguna.

¿Cómo saber si te estás auto saboteando?-elisaduartej

Pero ¿Por qué me estoy autosaboteando?

En la mayoría de los casos hay una relación muy estrecha con estados anímicos, falta de auto estima o a veces simplemente eres de quienes necesitan siempre un empujoncito para continuar, yo estoy en ese grupo.

También puede que le temas mucho al fracaso (aquí presente también) y por eso te saboteas incluso ante cosas que sabes tienes todo el potencial.

Muchas veces el ese sabotaje viene asociado al estrés que te ocasiona la toma de decisiones o el arriesgarte y te refugias en todo lo negativo que presente cualquier situación.

Está de igual forma muy asociado a hábitos que vienes adoptando desde muy temprana edad, a los sentimientos con respecto a ti que te impregnaron en tu etapa del desarrollo; por eso es tan importante decirles a los niños un tan simple: “Tú puedes lograr todo lo que te propongas”.

Autosabotearte es de igual un síntoma persistente cuando sufres de síndrome del impostor, pues sientes que no mereces el éxito. Por eso erradicar estos pensamientos negativos lleva tiempo, esfuerzo y mucha conciencia para identificar todas las señales que te llevan a esas conductas auto destructivas.

Piensa en cómo reaccionas cuando estás frente a alguna toma de decisión importante o al iniciar algún proyecto y presta atención a tus primeros pensamientos. Si lo primero que pensaste es que NO vas a poder lograrlo, hay que tomar acción.

Cuando se tiene por naturaleza la ‘facilidad’ de ver todo lo negativo, debes esforzarte aun más para encontrar esa voz ‘positiva’ dentro de ti y la mejor forma de encontrarla es siendo realista.

¿Cuáles son esas cosas que se te dan con facilidad?
¿Cuáles son tus debilidades?
¿Quién puede ayudarte con lo que no puedes o no sabes hacer?

Empieza a ver lo que sí hay, también eso que no sabes hacer, busca ayuda y solo así podrás enfrentar y cambiar tu conducta auto destructiva.

Recuerda que estos cambios NO se harán de la noche a la mañana, porque también podrás encontrarte recriminando que no has visto cambios en el tiempo que consideras ‘adecuado’. 

Así que como dicen por ahí, un día a la vez, en este caso, una conducta negativa a la vez. Ve de a poco identificando, para que puedas de manera efectiva, evitar autosabotearte.

Cuéntame, ¿Qué es eso que harías si no sintieras miedo? Te leo. 

Sé que ahora nada parece tener sentido, que las fuerzas se te agotaron, que no parece haber salida, sé que lo único que quieres es no sentir más, no sufrir más, descansar.

Pero no te suicides todavía, van a pasar muchas cosas que quieres vivir, sentir. Hay lugares que quieres conocer y que vas a conocer, queda mucha gente por abrazar, muchos labios por besar y muchas personas de las cuales te vas a enamorar para luego preguntarte con una carcajada, que en qué estabas pensando.

Vendrán muchos cambios y te aseguro que quieres verlos, revoluciones pequeñas y grandes y sé que quieres contar que fuiste parte de esa historia, vendrá un presidente negro y luego otro anaranjado, sí, así es.

elisaduartej-blog.saludmental

Terminarás la universidad, otra y en otra carrera, así que no te preocupes más por la química orgánica y aunque las matemáticas por siempre te darán problemas, encontrarás un profesor que te ayudará a entenderla mejor y por él vas a decidir también enseñar las cosas que sabes hacer. ¡Sí! Vas a dar clases y tus estudiantes te querrán muchísimo.

Quizás nada de esto te lo deba decir, pero tendrás dos hermanos más y una sobrina que tendrá tantas cosas tuyas, que no los podrás creer.

Hay mucho por lo que vivir, aunque no lo veas ahora, sé cuánto te duele, cuánto te avergüenza y aunque te queda un camino largo te aseguro que valdrá la pena. Te esperan tantas risas, tantas madrugadas bailando con tus amigas, y te faltan tantas grandes amigas por conocer; te prometo que vale la pena quedarte.  Y no, no será fácil ni color de rosas, también te esperan lágrimas, muchas lágrimas, decepciones, despedidas, pero eso también es parte de la vida.

Por eso no te suicides todavía, vas a trabajar en lugares que ni te imaginas, incluso en TV, no con Isha pero algo es algo y ese amor bonito que tanto has soñado, también llegará y aunque no será perfecto, será lo mejor que te pasó en la vida.

notesuicides-elisaduartejblog

Por favor, no te suicides todavía, ni mañana, ni nunca; te prometo que vale la pena estar aquí, aunque no lo parezca, aunque no encuentres salida, aunque quizás nunca deje de doler, pero es tanto lo que vas a vivir que te prometo que vale la espera.

Confía en mí y mientras tanto, ese chico despeinado que está sentado junto a ti, háblale, mira qué lindo sonríe y dile todo lo que te acabo de decir, pues él tampoco puede suicidarse todavía, ni mañana, ni nunca.

 

No te suicides todavía, tengo cosas que contarte.

Sé que ahora nada parece tener sentido, que las fuerzas se te agotaron, que no parece haber salida, sé que lo único que quieres es no sentir más, no sufrir más, descansar.

Pero no te suicides todavía, van a pasar muchas cosas que quieres vivir, sentir. Hay lugares que quieres conocer y que vas a conocer, queda mucha gente por abrazar, muchos labios por besar y muchas personas de las cuales te vas a enamorar para luego preguntarte con una carcajada, que en qué estabas pensando.

Vendrán muchos cambios y te aseguro que quieres verlos, revoluciones pequeñas y grandes y sé que quieres contar que fuiste parte de esa historia, vendrá un presidente negro y luego otro anaranjado, sí, así es.

elisaduartej-blog.saludmental

Terminarás la universidad, otra y en otra carrera, así que no te preocupes más por la química orgánica y aunque las matemáticas por siempre te darán problemas, encontrarás un profesor que te ayudará a entenderla mejor y por él vas a decidir también enseñar las cosas que sabes hacer. ¡Sí! Vas a dar clases y tus estudiantes te querrán muchísimo.

Quizás nada de esto te lo deba decir, pero tendrás dos hermanos más y una sobrina que tendrá tantas cosas tuyas, que no los podrás creer.

Hay mucho por lo que vivir, aunque no lo veas ahora, sé cuánto te duele, cuánto te avergüenza y aunque te queda un camino largo te aseguro que valdrá la pena. Te esperan tantas risas, tantas madrugadas bailando con tus amigas, y te faltan tantas grandes amigas por conocer; te prometo que vale la pena quedarte.  Y no, no será fácil ni color de rosas, también te esperan lágrimas, muchas lágrimas, decepciones, despedidas, pero eso también es parte de la vida.

Por eso no te suicides todavía, vas a trabajar en lugares que ni te imaginas, incluso en TV, no con Isha pero algo es algo y ese amor bonito que tanto has soñado, también llegará y aunque no será perfecto, será lo mejor que te pasó en la vida.

notesuicides-elisaduartejblog

Por favor, no te suicides todavía, ni mañana, ni nunca; te prometo que vale la pena estar aquí, aunque no lo parezca, aunque no encuentres salida, aunque quizás nunca deje de doler, pero es tanto lo que vas a vivir que te prometo que vale la espera.

Confía en mí y mientras tanto, ese chico despeinado que está sentado junto a ti, háblale, mira qué lindo sonríe y dile todo lo que te acabo de decir, pues él tampoco puede suicidarse todavía, ni mañana, ni nunca.

 


Hablar de marca personal y cómo lograr crecer en redes es un tema del que muchos hablan, hoy día todos son expertos en marketing digital, todo el que no sabe de qué hablar en redes se pone a hablar de redes, ¿Qué ironía no?

Estamos un poquito saturados del tema, es cierto, al punto que siento que vemos muchas marcas y pocas personas y ahí es donde entro yo. Sí, soy otra que habla de marca personal, pero de adentro para afuera.

De marketing sé muy poco, no sé de tablas y medir engagement, ni algoritmos complicados, soy malísima en números y no muy buena en estadísticas, pero como les contaba en mi historia sobre la crisis existencial que encaminó mi vida; soy psicóloga organizacional, estoy entrenada para decirte en qué eres bueno, en descubrir e identificar tu talento y encaminarte a eso que sabes hacer.

Puede que te ayude a descubrir qué enfoque podría llevar tu marca personal. ¿Me entendiste?

TE RECOMIENDO LEER: La crisis existencial que encaminó mi vida


En la administración por competencias tenemos años y años luchando porque las personas se enfoquen en aquello en lo que son verdaderamente buenos y que esto sea tomado en cuenta por los líderes y jefes, ya que una cosa es lo que crees que sabes hacer y otra cosa es lo que verdaderamente sabes.

También puedo guiarte a buscar la misión, visión y los valores de tu marca personal, eso es algo que casi nadie hace, trabajar su marca desde adentro, descubrir quién eres, lo que quieres, a dónde quieres llegar y cómo lo quieres, es algo en lo que yo también te voy a guiar.

En redes hay muchos usuarios enfocados erróneamente, muchos que quieren hablar de moda cuando su especialidad quizás sea la economía, entiendo que la moda te apasione, pero ¿Qué tal si mezclamos un poquito de ambas cosas?

Me gustaría que me enseñes tú como especialista en economía, cómo ahorras dinero al hacer tus compras de moda.  Eso es un nicho que no se ha explotado y quizás tu tienes todas las herramientas y el talento para hacerlo.

Así fue como yo desperdicié muchísimo tiempo valioso en cosas que sí, era buena, pero que había otras que quizás no se han explotado tanto.

Enseñarte a ser tú, descubrir tu talento, ayudarte a crear contenido dentro de tu área, así como también cuál enfoque podrías darles a esos conocimientos, es algo que verdaderamente me apasiona y en lo que soy extremadamente buena.

Mi misión es guiar a otras personas a encontrar aquello en lo que brillarán y ahorrarles unos cuantos errores de esos que por desenfocarme cometí, quizás no lo sepa todo, pero si voy a compartirte absolutamente todo lo que hasta ahora sé.

Entonces sí, yo también voy a hablar de marca personal pero enfocado en la persona, el marketing se lo dejamos a todos los expertos y wannabes que andan por ahí, porque a los del segundo grupo, también se identificarlos.

Cuéntame qué quieres aprender y yo te responderé.


¿Otra que habla de marca personal? Sí, pero mi enfoque es diferente.


Hablar de marca personal y cómo lograr crecer en redes es un tema del que muchos hablan, hoy día todos son expertos en marketing digital, todo el que no sabe de qué hablar en redes se pone a hablar de redes, ¿Qué ironía no?

Estamos un poquito saturados del tema, es cierto, al punto que siento que vemos muchas marcas y pocas personas y ahí es donde entro yo. Sí, soy otra que habla de marca personal, pero de adentro para afuera.

De marketing sé muy poco, no sé de tablas y medir engagement, ni algoritmos complicados, soy malísima en números y no muy buena en estadísticas, pero como les contaba en mi historia sobre la crisis existencial que encaminó mi vida; soy psicóloga organizacional, estoy entrenada para decirte en qué eres bueno, en descubrir e identificar tu talento y encaminarte a eso que sabes hacer.

Puede que te ayude a descubrir qué enfoque podría llevar tu marca personal. ¿Me entendiste?

TE RECOMIENDO LEER: La crisis existencial que encaminó mi vida


En la administración por competencias tenemos años y años luchando porque las personas se enfoquen en aquello en lo que son verdaderamente buenos y que esto sea tomado en cuenta por los líderes y jefes, ya que una cosa es lo que crees que sabes hacer y otra cosa es lo que verdaderamente sabes.

También puedo guiarte a buscar la misión, visión y los valores de tu marca personal, eso es algo que casi nadie hace, trabajar su marca desde adentro, descubrir quién eres, lo que quieres, a dónde quieres llegar y cómo lo quieres, es algo en lo que yo también te voy a guiar.

En redes hay muchos usuarios enfocados erróneamente, muchos que quieren hablar de moda cuando su especialidad quizás sea la economía, entiendo que la moda te apasione, pero ¿Qué tal si mezclamos un poquito de ambas cosas?

Me gustaría que me enseñes tú como especialista en economía, cómo ahorras dinero al hacer tus compras de moda.  Eso es un nicho que no se ha explotado y quizás tu tienes todas las herramientas y el talento para hacerlo.

Así fue como yo desperdicié muchísimo tiempo valioso en cosas que sí, era buena, pero que había otras que quizás no se han explotado tanto.

Enseñarte a ser tú, descubrir tu talento, ayudarte a crear contenido dentro de tu área, así como también cuál enfoque podrías darles a esos conocimientos, es algo que verdaderamente me apasiona y en lo que soy extremadamente buena.

Mi misión es guiar a otras personas a encontrar aquello en lo que brillarán y ahorrarles unos cuantos errores de esos que por desenfocarme cometí, quizás no lo sepa todo, pero si voy a compartirte absolutamente todo lo que hasta ahora sé.

Entonces sí, yo también voy a hablar de marca personal pero enfocado en la persona, el marketing se lo dejamos a todos los expertos y wannabes que andan por ahí, porque a los del segundo grupo, también se identificarlos.

Cuéntame qué quieres aprender y yo te responderé.


Nervios, ansiedad, un poco de neurosis y una gran preocupación son algunas de las cosas que he sentido en las últimas semanas, el mundo en gran medida se detuvo y no estábamos preparados, nadie lo estaba, solo pasó.

No recuerdo nunca haberme quedado sin palabras como ahora, no saber de qué escribir o cómo escribir los miles de millones de cosas que pasan por mi cabeza.

He intentado ser productiva, compartir el contenido que estaba programado, pero la verdad es que no me he sentido bien.

Esta es la segunda quincena en cuarentena y la incertidumbre de no saber cuándo volveré a la normalidad me angustia, no saber cuándo podré volver a ver a mi mamá.

Las cosas van a cambiar para siempre, de eso estoy segura, a todos nos quedará un poco de esa neurosis cada vez que vayamos a abrazar o tocarnos la cara, esta es una “nueva realidad” que no quiero.

Ir al súper mercado era una de las cosas que mi pareja y yo disfrutábamos mucho hacer, ninguna sabe explicar muy bien por qué, pero amábamos ir al súper, era como un paseo, algo que se hace en familia, ahora la realidad es otra.
Me estresa, miro cada enlatado como una posible fuente de virus, me pregunto si la cajera se lavó las manos, si ella se ha expuesto con algún cliente y al final de la jornada debe ir con su familia.  Pienso con angustia en cada persona que debe trabajar y les agradezco con toda mi alma.

Me pregunto tantas cosas que no les encuentro respuestas y por eso te escribo, porque no eres la única persona con estos pensamientos, porque yo, que parezco tenerlo todo bajo control, también me desmorono.

Llego del supermercado nerviosa, desempaco todo con temor de que se me escape algún rinconcito de algún producto sin desinfectar y paso todo el día repasando mis pasos, calculando por todos los lados en que mi piel pudo haber estado expuesta y durante las siguientes 48 horas, mido estrictamente si me siento enferma de alguna forma.

Ya he somatizado, he sentido todos los síntomas del virus, al punto de no saber si realmente lo tuve o es también producto de la ansiedad que nunca antes en mi vida había sentido.

Pero luego agradezco todo lo que tengo, agradezco hasta la carcoma de mi casa, esa que me permite resguardarme y aislarme del mundo contaminado, hay quienes no tienen un lugar al que llamar casa; agradezco tener que comer, tener la posibilidad de aunque me estrese, ir al súper, hay quienes no tienen con qué comprar.

Agradezco mi salud, la que yo misma he puesto en riesgo con malos hábitos a lo largo de mi vida, agradezco poder tomar un medicamento cuando algún síntoma, producto o no de mi psiquis, se asoma en mi ventana.

Le doy a Dios las gracias cada segundo, con cada respiro, le agradezco que todavía puedo saborear la comida y el café sigue oliendo a café.

Y me doy cuenta que 12 días después de haber iniciado este escrito, han llegado las palabras, desordenadas, pero han llegado.

Mi maquillaje y mi closet han de pensar que me morí, no los he visitado mucho estos días y hasta la vecina que ponía la música molestosa extraño, ella también debe estar asustada; todos mis vecinos lo están pues no escucho ni los niños jugar, ni los perritos ladrar y el silencio sepulcral que nos acompaña pasadas las 5 de la tarde,  pareciera ser infinito.

Una de mis vecinas es médico y agradezco cada mañana cuando veo su vehículo llegar, agradezco su labor y quisiera tocarle la puerta y abrazarla, ella está sola, su familia al igual que la mía está lejos, ella debe más que yo necesitar un abrazo de su mamá.


He llorado de incertidumbre, de temor, he llorado por los proyectos que para este año tenía, pero he contenido muchas más lágrimas porque yo tengo mucho, demasiado.

Agradezco la tecnología, el poder ver a mi mamá y verle bien, verla reír hasta de nervios, preguntarle ideas para cocinar bacalao, verla lavar los vegetales una vez más, por si acaso y escuchar las recetas de remedios caseros que no prepararé.

¿Has pensado si esto hubiera pasado 10 años atrás? No me lo quiero imaginar, sin tecnología.

No sé cuándo esto volverá a la normalidad o si siquiera volverá, por lo pronto yo me quedo en casa, beso mi pareja mientras puedo, añoro los abrazos de mis amigos, el olor de mi mamá y me refugio en la fe esperanzada que de lo vamos a lograr, de que aprovecharemos esto como una enseñanza que nos quedará para toda la vida y aprendamos a vivir en esta nueva "COVID-ianidad". 



No te preocupes, yo tampoco sé cómo sentirme en cuarentena.

Nervios, ansiedad, un poco de neurosis y una gran preocupación son algunas de las cosas que he sentido en las últimas semanas, el mundo en gran medida se detuvo y no estábamos preparados, nadie lo estaba, solo pasó.

No recuerdo nunca haberme quedado sin palabras como ahora, no saber de qué escribir o cómo escribir los miles de millones de cosas que pasan por mi cabeza.

He intentado ser productiva, compartir el contenido que estaba programado, pero la verdad es que no me he sentido bien.

Esta es la segunda quincena en cuarentena y la incertidumbre de no saber cuándo volveré a la normalidad me angustia, no saber cuándo podré volver a ver a mi mamá.

Las cosas van a cambiar para siempre, de eso estoy segura, a todos nos quedará un poco de esa neurosis cada vez que vayamos a abrazar o tocarnos la cara, esta es una “nueva realidad” que no quiero.

Ir al súper mercado era una de las cosas que mi pareja y yo disfrutábamos mucho hacer, ninguna sabe explicar muy bien por qué, pero amábamos ir al súper, era como un paseo, algo que se hace en familia, ahora la realidad es otra.
Me estresa, miro cada enlatado como una posible fuente de virus, me pregunto si la cajera se lavó las manos, si ella se ha expuesto con algún cliente y al final de la jornada debe ir con su familia.  Pienso con angustia en cada persona que debe trabajar y les agradezco con toda mi alma.

Me pregunto tantas cosas que no les encuentro respuestas y por eso te escribo, porque no eres la única persona con estos pensamientos, porque yo, que parezco tenerlo todo bajo control, también me desmorono.

Llego del supermercado nerviosa, desempaco todo con temor de que se me escape algún rinconcito de algún producto sin desinfectar y paso todo el día repasando mis pasos, calculando por todos los lados en que mi piel pudo haber estado expuesta y durante las siguientes 48 horas, mido estrictamente si me siento enferma de alguna forma.

Ya he somatizado, he sentido todos los síntomas del virus, al punto de no saber si realmente lo tuve o es también producto de la ansiedad que nunca antes en mi vida había sentido.

Pero luego agradezco todo lo que tengo, agradezco hasta la carcoma de mi casa, esa que me permite resguardarme y aislarme del mundo contaminado, hay quienes no tienen un lugar al que llamar casa; agradezco tener que comer, tener la posibilidad de aunque me estrese, ir al súper, hay quienes no tienen con qué comprar.

Agradezco mi salud, la que yo misma he puesto en riesgo con malos hábitos a lo largo de mi vida, agradezco poder tomar un medicamento cuando algún síntoma, producto o no de mi psiquis, se asoma en mi ventana.

Le doy a Dios las gracias cada segundo, con cada respiro, le agradezco que todavía puedo saborear la comida y el café sigue oliendo a café.

Y me doy cuenta que 12 días después de haber iniciado este escrito, han llegado las palabras, desordenadas, pero han llegado.

Mi maquillaje y mi closet han de pensar que me morí, no los he visitado mucho estos días y hasta la vecina que ponía la música molestosa extraño, ella también debe estar asustada; todos mis vecinos lo están pues no escucho ni los niños jugar, ni los perritos ladrar y el silencio sepulcral que nos acompaña pasadas las 5 de la tarde,  pareciera ser infinito.

Una de mis vecinas es médico y agradezco cada mañana cuando veo su vehículo llegar, agradezco su labor y quisiera tocarle la puerta y abrazarla, ella está sola, su familia al igual que la mía está lejos, ella debe más que yo necesitar un abrazo de su mamá.


He llorado de incertidumbre, de temor, he llorado por los proyectos que para este año tenía, pero he contenido muchas más lágrimas porque yo tengo mucho, demasiado.

Agradezco la tecnología, el poder ver a mi mamá y verle bien, verla reír hasta de nervios, preguntarle ideas para cocinar bacalao, verla lavar los vegetales una vez más, por si acaso y escuchar las recetas de remedios caseros que no prepararé.

¿Has pensado si esto hubiera pasado 10 años atrás? No me lo quiero imaginar, sin tecnología.

No sé cuándo esto volverá a la normalidad o si siquiera volverá, por lo pronto yo me quedo en casa, beso mi pareja mientras puedo, añoro los abrazos de mis amigos, el olor de mi mamá y me refugio en la fe esperanzada que de lo vamos a lograr, de que aprovecharemos esto como una enseñanza que nos quedará para toda la vida y aprendamos a vivir en esta nueva "COVID-ianidad". 



Pero si se supone que esta sea la “época más maravillosa del año” ¿Por qué me deprime la navidad?Sientes más cansancio de lo normal, te irritas con facilidad, te molesta la música navideña y no tienes deseos de asistir a ningún tipo de actividad que te inviten. Si todo eso te suena conocido es posible que sufras de depresión estacional.

Para muchos la navidad puede venir cargada de estrés, ansiedad y tristeza, sentimientos de nostalgia con esa música que te resuena en el alma y esas luces que localizan toda la melancolía que habita en tu cuerpo. Y te preguntas por qué te sucede y si eres a la única persona que le pasa, la respuesta es nonos pasa a muchos.

“Según el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, en diciembre aumentan casi en 40% los casos de depresión y suicidio entre la población.”


Por eso, además de darte mis consejos y trucos personales de cómo combatirlo; busqué la opinión profesional de uno de los mejores psicólogos y terapeutas que conozco; el Lic. Luis Hernández.

Recibí sus primeras clases por allá por el 2006 y desde sus primeras palabras, sentí una conexión con él inexplicable, era algo así como Gloria Trevi y el creer con los ojos cerrados; pero a medida que avanzaban los semestres, mi profesor se ganó con creces esa confianza y hoy a todo aquel que me pide ayuda sicológica, lo remito a su consulta.

Si andas por la vida como el Grinch y no entendías por qué o sencillamente pensabas que era puro odio a la navidad, aquí encuentras tu respuesta.


Factores que influyen

Es una época especial en la que se supone se comparte, se reciben regalos y se asiste a muchas actividades festivas, es una época donde se supone que estemos felices. Hay una presión publicitaria consumista que nos condiciona a comportarnos de forma específica durante la época e implica la culminación de un año en el cual nos habíamos trazado ciertas metas.

Pero qué pasa si esos seres queridos no están o la economía no nos ayuda con las exigencias de la época o el final del año nos hará enfrentar las frustraciones por las metas no cumplidas.

Todo esto es más que suficiente para consciente o inconscientemente meternos una presión emocional que servirá de detonante para la aparición sin aparente causa, de tristeza.

En definitiva, por la razón que sea, esta es una época en la que se despiertan emociones, que a veces no estamos preparados para enfrentar y si tenemos una predisposición instalada a sufrir de depresión o si tenemos traumas o situaciones no resueltas en nuestras vidas, esta temporada es terreno fértil para que florezca la tristeza.

¿Qué puedo hacer para combatir o transformar este estado?

Identificar el origen de esa tristeza, enfrentarla y descartar la posibilidad de algún tipo de depresión que requiera la intervención de un profesional de la salud mental.
Descartar la existencia de algo que aún no hemos resuelto en nuestras vidas.
Entender que es una época que se ha convertido en objetivo de una sociedad consumista.
Entender que no estás en la obligación de sentir esa felicidad esperada si tus condiciones reales no son las propicias.
Lograr comprender que tu felicidad no debe depender de lo que se espera de ti.
Reconocer que tienes mil motivos para sentirte agradecido y que quizás te estás enfocando en lo que no tienes.
Buscar momentos que te provoquen estados de bienestar.
Reír, propiciar cosas que te hagan reír a carcajadas, la risa genera endorfinas que mejoran tu estado de ánimo.
Elegir actividades que te generen bienestar.
No hacer cosas por compromiso u obligación.
Trabajarte interiormente y tratar de encontrar el estado de felicidad, desde adentro, no porque te lo imponga una fecha del calendario o un requerimiento social.

Consejos por: Lic. Luis Hernández
Psicólogo Clínico & Terapeuta

          
¿Ves que las razones son muchas y que no eres la única persona?

Con los años he aprendido a identificar las cosas que me entristecen, a buscar las formas y herramientas de combatir la tristeza agudizada por las fiestas navideñas. Yo ya vengo con el chip instalado de la depresión, por lo que todo se intensifica. 

No siempre me ha entristecido la navidad, empezó cuando mi madre se fue del país y se triplicó cuando mi abuela, quien era la reina de la navidad, partió de este mundo. Yo tengo factores que influyen y luego de haberlos identificado, es más fácil combatirlos.

¿Qué hago yo?

Con respeto a mi abuela que físicamente no está, trato de sentirla en mi casa, recordarla con la alegría que la identificaba en estas fechas, colgar sus adornos y tomarme en Noche Buena, el vino moscatel caballo blanco que a ella le gustaba y transformar, como nos dijo Luis, esa tristeza en un hermoso recuerdo que me acompañará mientras yo viva.

Estamos en épocas que nos permiten estar cerca de aquellos que tenemos físicamente lejos, con mi madre decoro el árbol aunque sea por video llamadas, busco, todos los años que no puedo viajar, alguien que me traiga sus pasteles en hoja y así, en mi cena de navidad donde quera que sea, el sabor de la cocina de mi madre y sus pasteles me acompaña.

Finalmente mi mayor consejo es que te rodees de amigos, esos a veces son más familia que cualquiera que lleve tu sangre. La navidad es una época hermosa que nos pone en perspectiva la vida, pero de manera positiva, aprende a mirarlo por ti, si así lo deseas, sin presiones.

Busca en tu interior un motivo para celebrar,  estás aquí,  tienes comida aunque no sea la que ves en la tv, tienes ropa que ponerte aunque no sea el último lanzamiento de una tienda, tienes salud, aun con ese dolorcito de espalda.

Piensa en todas las personas que realmente no tienen nada.


Si tus síntomas persisten o se agudizan busca ayuda profesional.
CENTRO DE PSICOLOGIA IA
Santiago, Republica Dominicana
809-226-2261
Lic. Grecia Franco


¿Por qué me entristece la navidad y qué hago para combatirlo?

Pero si se supone que esta sea la “época más maravillosa del año” ¿Por qué me deprime la navidad?Sientes más cansancio de lo normal, te irritas con facilidad, te molesta la música navideña y no tienes deseos de asistir a ningún tipo de actividad que te inviten. Si todo eso te suena conocido es posible que sufras de depresión estacional.

Para muchos la navidad puede venir cargada de estrés, ansiedad y tristeza, sentimientos de nostalgia con esa música que te resuena en el alma y esas luces que localizan toda la melancolía que habita en tu cuerpo. Y te preguntas por qué te sucede y si eres a la única persona que le pasa, la respuesta es nonos pasa a muchos.

“Según el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, en diciembre aumentan casi en 40% los casos de depresión y suicidio entre la población.”


Por eso, además de darte mis consejos y trucos personales de cómo combatirlo; busqué la opinión profesional de uno de los mejores psicólogos y terapeutas que conozco; el Lic. Luis Hernández.

Recibí sus primeras clases por allá por el 2006 y desde sus primeras palabras, sentí una conexión con él inexplicable, era algo así como Gloria Trevi y el creer con los ojos cerrados; pero a medida que avanzaban los semestres, mi profesor se ganó con creces esa confianza y hoy a todo aquel que me pide ayuda sicológica, lo remito a su consulta.

Si andas por la vida como el Grinch y no entendías por qué o sencillamente pensabas que era puro odio a la navidad, aquí encuentras tu respuesta.


Factores que influyen

Es una época especial en la que se supone se comparte, se reciben regalos y se asiste a muchas actividades festivas, es una época donde se supone que estemos felices. Hay una presión publicitaria consumista que nos condiciona a comportarnos de forma específica durante la época e implica la culminación de un año en el cual nos habíamos trazado ciertas metas.

Pero qué pasa si esos seres queridos no están o la economía no nos ayuda con las exigencias de la época o el final del año nos hará enfrentar las frustraciones por las metas no cumplidas.

Todo esto es más que suficiente para consciente o inconscientemente meternos una presión emocional que servirá de detonante para la aparición sin aparente causa, de tristeza.

En definitiva, por la razón que sea, esta es una época en la que se despiertan emociones, que a veces no estamos preparados para enfrentar y si tenemos una predisposición instalada a sufrir de depresión o si tenemos traumas o situaciones no resueltas en nuestras vidas, esta temporada es terreno fértil para que florezca la tristeza.

¿Qué puedo hacer para combatir o transformar este estado?

Identificar el origen de esa tristeza, enfrentarla y descartar la posibilidad de algún tipo de depresión que requiera la intervención de un profesional de la salud mental.
Descartar la existencia de algo que aún no hemos resuelto en nuestras vidas.
Entender que es una época que se ha convertido en objetivo de una sociedad consumista.
Entender que no estás en la obligación de sentir esa felicidad esperada si tus condiciones reales no son las propicias.
Lograr comprender que tu felicidad no debe depender de lo que se espera de ti.
Reconocer que tienes mil motivos para sentirte agradecido y que quizás te estás enfocando en lo que no tienes.
Buscar momentos que te provoquen estados de bienestar.
Reír, propiciar cosas que te hagan reír a carcajadas, la risa genera endorfinas que mejoran tu estado de ánimo.
Elegir actividades que te generen bienestar.
No hacer cosas por compromiso u obligación.
Trabajarte interiormente y tratar de encontrar el estado de felicidad, desde adentro, no porque te lo imponga una fecha del calendario o un requerimiento social.

Consejos por: Lic. Luis Hernández
Psicólogo Clínico & Terapeuta

          
¿Ves que las razones son muchas y que no eres la única persona?

Con los años he aprendido a identificar las cosas que me entristecen, a buscar las formas y herramientas de combatir la tristeza agudizada por las fiestas navideñas. Yo ya vengo con el chip instalado de la depresión, por lo que todo se intensifica. 

No siempre me ha entristecido la navidad, empezó cuando mi madre se fue del país y se triplicó cuando mi abuela, quien era la reina de la navidad, partió de este mundo. Yo tengo factores que influyen y luego de haberlos identificado, es más fácil combatirlos.

¿Qué hago yo?

Con respeto a mi abuela que físicamente no está, trato de sentirla en mi casa, recordarla con la alegría que la identificaba en estas fechas, colgar sus adornos y tomarme en Noche Buena, el vino moscatel caballo blanco que a ella le gustaba y transformar, como nos dijo Luis, esa tristeza en un hermoso recuerdo que me acompañará mientras yo viva.

Estamos en épocas que nos permiten estar cerca de aquellos que tenemos físicamente lejos, con mi madre decoro el árbol aunque sea por video llamadas, busco, todos los años que no puedo viajar, alguien que me traiga sus pasteles en hoja y así, en mi cena de navidad donde quera que sea, el sabor de la cocina de mi madre y sus pasteles me acompaña.

Finalmente mi mayor consejo es que te rodees de amigos, esos a veces son más familia que cualquiera que lleve tu sangre. La navidad es una época hermosa que nos pone en perspectiva la vida, pero de manera positiva, aprende a mirarlo por ti, si así lo deseas, sin presiones.

Busca en tu interior un motivo para celebrar,  estás aquí,  tienes comida aunque no sea la que ves en la tv, tienes ropa que ponerte aunque no sea el último lanzamiento de una tienda, tienes salud, aun con ese dolorcito de espalda.

Piensa en todas las personas que realmente no tienen nada.


Si tus síntomas persisten o se agudizan busca ayuda profesional.
CENTRO DE PSICOLOGIA IA
Santiago, Republica Dominicana
809-226-2261
Lic. Grecia Franco


NO SABÍA LO QUE QUERÍA HACER, PERO SABÍA LA MUJER EN LA QUE QUERÍA CONVERTIRME.- Diane Von Fürstenberg


Recuerdo cuando era niña decía que quería que mi nombre lo conociera mucha gente (y no precisamente por un video porno). Nunca soñé con ser famosa, yo quería impactar la vida de los demás, lo que no sabía era cómo. Hoy, unos cuantos años después, todavía no sé qué hacer, pero sí tengo muy claro el tipo de mujer que quiero ser.

Tuve todo tipo de trabajos, fui secretaria en una floristería, bartender, mesera, cajera en diferentes bares, trabajé en ventas (la cosa que más odio del mundo), fui servicio al cliente y digitadora en distintos “call centers”, hacílo que fuese necesario dentro de la ley, para mantenerme, pero siempre le faltaba algo a mi vida. Como ya saben mi sueño de estar en TV por razones de estereotipos no pudo ser materializado y abandoné esa idea por muchos años, hasta que decidí abrir un blog donde pudiera hacer un poquito de “eso” que tanto amaba.

En mi mente de muñequitos yo era la única dominicana que hacívideos para internet, pues todo lo que veía en YouTube en ese momento, era en inglés y también pensé que en cosa de 3 meses ya yo iba a ser reconocida y me iba a ir bien con mi proyecto, pero como todo en la vida, como todos los sueños, hay que trabajar muy duro para conseguirlos. Fueron muchas las veces que pensé esto no era para mí, que algo yo hacía mal que poca gente veía mis videos, me concentraba más en los números que en la calidad de esos “pocos” que me veían y dejé de hacer videos, decepcionada, no sabiendo qué hacer con mi vida y pensando en buscar un trabajo de 8 a 6 que me permitiera llevar dinero a la casa. Yo también perdí el norte y no supe qué hacer con mi vida.

Es un mal que todos vivimos, en esencia, todos sabemos lo que queremos ser, pero no siempre encontramos el camino, no siempre sabemos cuáles pasos dar, qué puertas tocar, qué piezas mover, pero lo importante es siempre mantener el norte de lo que queremos ser o hacia dónde queremos ir.

Yo aún no sé cómo voy a conseguir esa meta, aun no sé cuales pasos precisos dar, pero tengo la completa seguridad de que quiero inspirar la gente a vivir plenamente con lo que tiene, a que aprendamos que sí somos perfectamente imperfectos, que no debemos parecernos unos a los otros y que la esencia vale siempre mucho más que las apariencias.

Quiero que entiendas que está bien estar mal, que todos tenemos días oscuros en los que perdemos la fe, el enfoque, la esperanza, pero que debemos continuar siempre luchando por recuperar esas cosas vitales que nos permitirán una vida llena de momentos felices.

Yo voy dando pasos a ser la mujer que sé, quiero ser y quiero que me acompañes, que mires en mí tu reflejo de que aun en los momentos más oscuros, hay un rayito de luz que nos permite continuar. 

¿Qué hago con mi vida?

NO SABÍA LO QUE QUERÍA HACER, PERO SABÍA LA MUJER EN LA QUE QUERÍA CONVERTIRME.- Diane Von Fürstenberg


Recuerdo cuando era niña decía que quería que mi nombre lo conociera mucha gente (y no precisamente por un video porno). Nunca soñé con ser famosa, yo quería impactar la vida de los demás, lo que no sabía era cómo. Hoy, unos cuantos años después, todavía no sé qué hacer, pero sí tengo muy claro el tipo de mujer que quiero ser.

Tuve todo tipo de trabajos, fui secretaria en una floristería, bartender, mesera, cajera en diferentes bares, trabajé en ventas (la cosa que más odio del mundo), fui servicio al cliente y digitadora en distintos “call centers”, hacílo que fuese necesario dentro de la ley, para mantenerme, pero siempre le faltaba algo a mi vida. Como ya saben mi sueño de estar en TV por razones de estereotipos no pudo ser materializado y abandoné esa idea por muchos años, hasta que decidí abrir un blog donde pudiera hacer un poquito de “eso” que tanto amaba.

En mi mente de muñequitos yo era la única dominicana que hacívideos para internet, pues todo lo que veía en YouTube en ese momento, era en inglés y también pensé que en cosa de 3 meses ya yo iba a ser reconocida y me iba a ir bien con mi proyecto, pero como todo en la vida, como todos los sueños, hay que trabajar muy duro para conseguirlos. Fueron muchas las veces que pensé esto no era para mí, que algo yo hacía mal que poca gente veía mis videos, me concentraba más en los números que en la calidad de esos “pocos” que me veían y dejé de hacer videos, decepcionada, no sabiendo qué hacer con mi vida y pensando en buscar un trabajo de 8 a 6 que me permitiera llevar dinero a la casa. Yo también perdí el norte y no supe qué hacer con mi vida.

Es un mal que todos vivimos, en esencia, todos sabemos lo que queremos ser, pero no siempre encontramos el camino, no siempre sabemos cuáles pasos dar, qué puertas tocar, qué piezas mover, pero lo importante es siempre mantener el norte de lo que queremos ser o hacia dónde queremos ir.

Yo aún no sé cómo voy a conseguir esa meta, aun no sé cuales pasos precisos dar, pero tengo la completa seguridad de que quiero inspirar la gente a vivir plenamente con lo que tiene, a que aprendamos que sí somos perfectamente imperfectos, que no debemos parecernos unos a los otros y que la esencia vale siempre mucho más que las apariencias.

Quiero que entiendas que está bien estar mal, que todos tenemos días oscuros en los que perdemos la fe, el enfoque, la esperanza, pero que debemos continuar siempre luchando por recuperar esas cosas vitales que nos permitirán una vida llena de momentos felices.

Yo voy dando pasos a ser la mujer que sé, quiero ser y quiero que me acompañes, que mires en mí tu reflejo de que aun en los momentos más oscuros, hay un rayito de luz que nos permite continuar. 
“YO TAMBIÉN ME RENDÍ Y PENSÉ QUE DEJAR DE EXISTIR, ERA LA MEJOR DE LAS SOLUCIONES”
-Elisa Duarte Jeréz


En esencia siempre he tenido una personalidad efervescente, ruidosa, temperamental y divertida, eso es lo que siempre los demás ven de mí; pero lo que muchos no conocen es la otra cara de esa moneda.

Desde temprana edad empecé a presentar episodios injustificados de tristeza, eso mezclado con muchas cosas que pasaban a mí alrededor, el divorcio de mis padres, la partida de mi madre hacia el extranjero, cambio de colegio y amigos. Una niña de 14 años que estaba pasando por toda clase de cambios y que pocos se tomaban la molestia de entender. Así fue, a muy temprana edad, como conocí lo que era la terrible “Depresión”.

Esta es una enfermedad que se ha cualquierizado mucho, todo el que se siente triste por una ruptura amorosa, unas libras de más, o por no poder comprar algo, dice que está deprimido, pero vuelva a leer la cuarta palabra de este párrafo;  es una ENFERMEDAD, no es un estado de ánimo, no es algo que solo “hay que poner de su parte”, es algo que se padece, que se lleva en los huesos, es una PATOLOGÍA que se trata con terapia y medicamentos y todos aquellos que la padecemos NO QUEREMOS TENERLA.

¿Usted de verdad cree que YO QUIERO no poderme parar de la cama, perder completamente el apetito, llorar desconsoladamente, no poder funcionar ni como hija, ni como pareja, ni como nada? NO, quiero llevar una vida normal.

La depresión va mucho más allá de un simple “sentir” emocional, no necesariamente se tiene porque nos “pasa algo” y créame cuando les digo que todos los que sufrimos este mal, ponemos MUCHO de nuestra parte, día tras día, segundo tras segundo. Yo como figura pública, son muchas las veces que me he parado frente a una cámara inmersa en la peor de las depresiones, son muchas las fotos que pongo en Instagram con un hermoso maquillaje o los videos en YouTube en los que no estoy ‘funcionando’.

Siempre he sido muy abierta con respecto al tema de la depresión, ya que gracias a la educación que me dieron, entiendo que no es algo de lo que avergonzarse, pero tampoco algo en lo que escudarse; con los años he aprendido a batallarla de formas diferentes. Me doy un día para dejar que todas las lágrimas que quieran salir, salgan, pero al siguiente, me voy aunque sea al salón de belleza, le digo a mis estilistas que no me siento bien y PIDO AYUDA.

He roto ese mito de que la depresión es algo que se vive a puertas cerradas, que es algo que nadie debe saber ¡NO!, ¿Si nadie sabe lo que sufro cómo me van a ayudar? ¿Cómo me van a entender? No hay peor cosa que la ignorancia cuando de enfermedades mentales se trata, por eso TANTA gente muere de depresión, porque nunca se atrevió a pedir ayuda por miedo a que le tildaran de LOCO.

Esta es una lucha que no hay forma de llevarla solo, se necesita mucha fuerza de voluntad para pararte frente al espejo y decir “sufro de depresión”, ESA es la única forma de enfrentarla, esa es la única forma de pedir ayuda, cuando tienes plena consciencia que sufres de algo, que no es tu culpa y que debes TRAJABAR en EQUIPO para mejorarla.

A ti que sufres de depresión, NO TE QUEDES CALLADO, habla con alguien, busca ese sistema de apoyo, instruye a tus amigos y familiares sobre lo que es la enfermedad y busca alternativas que te ayuden. Y a ti, que no sufres pero que quizás conoces a alguien con las características que he mencionado, AYUDA, pregúntale a alguien si se siente bien, si quiere un helado, si quiere simplemente llorar en tu hombro.

Hace muchos años, uno de mis mejores amigos y yo nos salvamos la vida mutuamente, ambos estábamos rendidos ante esta terrible enfermedad y por nuestra cabeza solo pasaba una cosa, Dios lanzó sus dados y yo me senté junto a él en un parque y algo me dijo que le hablara. Yo le devolví las ganas de vivir y el me las devolvió a mí, solo porque hablamos.

En nuestras manos está la solución para ser ayudados, uno debe pedirla y otro debe ofrecerla.






Si quieres conocer más de esta historia, déjalo en los comentarios 

Viviendo con depresión | ¡NO TE QUEDES CALLADO!

“YO TAMBIÉN ME RENDÍ Y PENSÉ QUE DEJAR DE EXISTIR, ERA LA MEJOR DE LAS SOLUCIONES”
-Elisa Duarte Jeréz


En esencia siempre he tenido una personalidad efervescente, ruidosa, temperamental y divertida, eso es lo que siempre los demás ven de mí; pero lo que muchos no conocen es la otra cara de esa moneda.

Desde temprana edad empecé a presentar episodios injustificados de tristeza, eso mezclado con muchas cosas que pasaban a mí alrededor, el divorcio de mis padres, la partida de mi madre hacia el extranjero, cambio de colegio y amigos. Una niña de 14 años que estaba pasando por toda clase de cambios y que pocos se tomaban la molestia de entender. Así fue, a muy temprana edad, como conocí lo que era la terrible “Depresión”.

Esta es una enfermedad que se ha cualquierizado mucho, todo el que se siente triste por una ruptura amorosa, unas libras de más, o por no poder comprar algo, dice que está deprimido, pero vuelva a leer la cuarta palabra de este párrafo;  es una ENFERMEDAD, no es un estado de ánimo, no es algo que solo “hay que poner de su parte”, es algo que se padece, que se lleva en los huesos, es una PATOLOGÍA que se trata con terapia y medicamentos y todos aquellos que la padecemos NO QUEREMOS TENERLA.

¿Usted de verdad cree que YO QUIERO no poderme parar de la cama, perder completamente el apetito, llorar desconsoladamente, no poder funcionar ni como hija, ni como pareja, ni como nada? NO, quiero llevar una vida normal.

La depresión va mucho más allá de un simple “sentir” emocional, no necesariamente se tiene porque nos “pasa algo” y créame cuando les digo que todos los que sufrimos este mal, ponemos MUCHO de nuestra parte, día tras día, segundo tras segundo. Yo como figura pública, son muchas las veces que me he parado frente a una cámara inmersa en la peor de las depresiones, son muchas las fotos que pongo en Instagram con un hermoso maquillaje o los videos en YouTube en los que no estoy ‘funcionando’.

Siempre he sido muy abierta con respecto al tema de la depresión, ya que gracias a la educación que me dieron, entiendo que no es algo de lo que avergonzarse, pero tampoco algo en lo que escudarse; con los años he aprendido a batallarla de formas diferentes. Me doy un día para dejar que todas las lágrimas que quieran salir, salgan, pero al siguiente, me voy aunque sea al salón de belleza, le digo a mis estilistas que no me siento bien y PIDO AYUDA.

He roto ese mito de que la depresión es algo que se vive a puertas cerradas, que es algo que nadie debe saber ¡NO!, ¿Si nadie sabe lo que sufro cómo me van a ayudar? ¿Cómo me van a entender? No hay peor cosa que la ignorancia cuando de enfermedades mentales se trata, por eso TANTA gente muere de depresión, porque nunca se atrevió a pedir ayuda por miedo a que le tildaran de LOCO.

Esta es una lucha que no hay forma de llevarla solo, se necesita mucha fuerza de voluntad para pararte frente al espejo y decir “sufro de depresión”, ESA es la única forma de enfrentarla, esa es la única forma de pedir ayuda, cuando tienes plena consciencia que sufres de algo, que no es tu culpa y que debes TRAJABAR en EQUIPO para mejorarla.

A ti que sufres de depresión, NO TE QUEDES CALLADO, habla con alguien, busca ese sistema de apoyo, instruye a tus amigos y familiares sobre lo que es la enfermedad y busca alternativas que te ayuden. Y a ti, que no sufres pero que quizás conoces a alguien con las características que he mencionado, AYUDA, pregúntale a alguien si se siente bien, si quiere un helado, si quiere simplemente llorar en tu hombro.

Hace muchos años, uno de mis mejores amigos y yo nos salvamos la vida mutuamente, ambos estábamos rendidos ante esta terrible enfermedad y por nuestra cabeza solo pasaba una cosa, Dios lanzó sus dados y yo me senté junto a él en un parque y algo me dijo que le hablara. Yo le devolví las ganas de vivir y el me las devolvió a mí, solo porque hablamos.

En nuestras manos está la solución para ser ayudados, uno debe pedirla y otro debe ofrecerla.






Si quieres conocer más de esta historia, déjalo en los comentarios 



La autoestima es una ACTITUD hacia uno mismo, es la forma habitual de pensar, amar, sentir y comportarse consigo mismo. Es la disposición permanente según la cual nos enfrentamos con nosotros mismos. Para muchos psicólogos esta es el núcleo básico de la personalidad.

Psicología │Autoestima




La autoestima es una ACTITUD hacia uno mismo, es la forma habitual de pensar, amar, sentir y comportarse consigo mismo. Es la disposición permanente según la cual nos enfrentamos con nosotros mismos. Para muchos psicólogos esta es el núcleo básico de la personalidad.


Hace muchos años descubrí que amaba la televisión, quería estar frente a las cámaras, hablar, inspirar, conseguir una sonrisa en cada persona que me viera. 

DE LA EDITORA: #YoMeAmo



Hace muchos años descubrí que amaba la televisión, quería estar frente a las cámaras, hablar, inspirar, conseguir una sonrisa en cada persona que me viera. 






ELISADUARTEJ

Soy soñadora, creo más de lo que debo en la gente, de temperamento muy fuerte pero de corazón noble, o eso dice mi mamá. Disfruto de las pequeñas cosas de la vida, amo los zapatos que no puedo comprar, pero también amo la comodidad de los que sí puedo. Este es mi mundo #PerfectamenteImperfecto y aquí quiero compartir contigo. ¡Conóceme!

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